EL “COMO” AMAMOS
Amor a primera vista, amor romántico, amor incondional, amor pasional, amor fraterno, amor espiritual…..cuànto se ha dicho sobre el amor!….al final, todos sabemos que por màs que escribamos, leamos o estudiemos sobre el amor, èste se convierte en una experiencia única que nos re –edita emocionalmente, psíquicamente, físicamente y noèticamente (esfera trascendente).
Digo experiencia porque el amor que no se vivencia no termina de serlo por completo. Vivenciarlo es advertir còmo va cambiando conforme vamos cambiando los sujetos que lo experimentamos. Vivenciarlo es advertir que su exigencia es mayúscula frente a nuestro ego o nuestras expectativas y deseos. Vivenciarlo es advertir que requiere de confianza para crecer y de una enorme dosis de autovaloración para potenciarse.
Vivenciarlo es la tarea diaria de una pareja y por ello es el cosntante desafío de dos personas que han decidido amarse.
Desde un inicio, es decir desde el primer momento de la elección del ser amado, nos atrapa el amor romántico con sus componentes màs intensos, cuales son la pasión y el apego bajo la certidumbre ciega de que nos durarà toda la vida.
Los detalles romànticos, la sensaciòn de no querer separarse ni compartir al ser amado, la pasión en cada manifestación del otro, la sexualidad en su punto máximo de sensaciòn, solo son ejemplos de ese “primer momento del amor”.
Muchos me preguntan por què esa primera etapa se apaga con el matrimonio….otros piensan que es el matrimonio el responsable de apagarlo…..otros dicen que es la cotidianidad….otros dicen que el amor es pasión y por tanto el amor se acaba en esta primera etapa…..otros buscaran esas emociones toda la vida conyugal y advertirán un “vacío” confundiéndolo con desamor.
Es verdad que el romanticismo mantiene un matrimonio? Depende de lo que cada uno entiende por romanticismo y depende de lo que cada uno entiende por matrimonio. Lo que quiero decir es que entramos en el terreno del COMO AMAMOS.
Pasada la primera etapa nos encontraremos en el dìa a dìa con nuestra pareja y por tanto con la posible desilusión de aquello que esperábamos que nos ofrezca.
Una tendencia errada cuando amamos es “depositar en el otro nuestras propias necesidades y deseos”, haciendo responsable a nuestra pareja de “llenar dichas necesidades y expectativas”.
La falacia de estos enunciados puede tejer una lógica que parecerìa tener sentido: si mi pareja es responsable de llenar mis necesidades y no lo hace: me decepciona. La decepción me llena de frustración. La frustración me llena de desencanto del matrimonio. El desencanto me enoja. El enojo con el tiempo me interpela el sentido de estar casada/o. El enojo puede desembocar en una depresión o en una crisis existencial. El divorcio es una opción.
Muchas de las parejas que acuden a terapia han pasado este ciclo, sin saber que el enunciado del que partieron es el equivocado.
Nadie puede ser responsable de llenar mis necesidades o deseos, excepto yo mismo. Nadie puede amarme COMO yo amo. Nadie puede coincidir con mi manera de amar porque sencillamente, cada persona es un ser único e irrepetible y, por tanto, ama de una manera única e irrepetible.
En terapia de pareja es usual observar desavenencias de este estilo, es decir centradas en el COMO me amas y en el COMO te amo.
Muchos piensan en esa primera etapa a la que nos referíamos en párrafos anteriores y la convierten en la medida a comparar. Obviamente con el tiempo y los años de convivencia, los detalles nos seràn los mismos y la atención tampoco. En este punto, muchos se sienten abocados a una especie de fraude y de enorme desilusión.
Si al principio las llamadas, los mensajes, las atenciones, los detalles, la pasión y las emociones intensas eran lo que eran, es porque en dicha etapa las parejas estamos construyendo nuestra intimidad. Lèase bien: construyendo. Por tanto, una vez construido el nido hay que seguir a otras etapas en dònde los COMO amamos, iran cambiando y tornándose muchas veces sumamente diferentes.
Hay millones de maneras de cómo amar, pues hay millones de formas de expresar la amalgama de sentimientos que comprometen al amor, pues recordemos que èste conjuga la ternura, el respeto, la confianza, el humor, la generosidad, etc. La complejidad es mayor cuando aceptamos que cada quien ama conforme puede, sabe y comprende al amor.
Cada persona amarà conforme sus creencias sobre el amor, conforme sus experiencias vitales, su desarrollo psicosocial, sus experiencias tempranas, sus fantasìas y sus temores. Habrà quienes amen de forma egoísta, otros de forma altruista, otros de forma dependiente y otros con suma independencia. Cuàl de estas es la mejor manera. Pues nadie puede decir que alguna es mejor porque todas están sujetas a cambio pues con el tiempo, la mayoría admitimos que amar implica desprenderse y de una madurez que permita a la persona reconocer entre el ego y un “nosotros”.
Al final, cada uno encontrarà su COMO en su vivencia y en la capacidad del ser amado de enseñarle a amar, conforme sus mìnimas necesidades. Pero recordemos que cada quien deberà descubrirlo por sì mismo y, ante eso, la pareja mal podrà presionar, manipular o querer dirigir al otro, sin que esto repercuta de forma negativa en la necesidad de aceptación que todos requerimos.
Podremos sugerir o facilitar a nuestra pareja para que se acerque a nuestras necesidades en cuanto al COMO nos ama, pero jamàs podremos encontrar una persona que decodifique completamente lo que ansiamos.
En terapia de pareja, èste es un punto importante a la hora de facilitar destrezas de convivencia, pues mucho depende de la seguridad psíquica que sus miembros requieren. Seguridad psíquica que siempre encuentra su mejor terreno en el COMO me amas.
A la hora de convivir debemos partir de dos supuestos sobre ese COMO:
- No existe alguien que me ame como yo amo. Las diferencias siempre existirán y es en ellas que se debe encontrar el punto de partida para hacer una “cultura de pareja”.
- La aceptación del COMO me ama el otro es la aceptación del otro y esta es una condición básica para una buena convivencia.
La mayoría de las parejas exigen un COMO y a veces olvidan ver el COMO del otro. Cuàntas veces en terapia se escucha las enormes frustraciones en este campo. “el no es tierno conmigo” “ella es demasiado posesiva” “èl no es expresivo” “ella es distante”, etc. etc.
Muchas veces estas quejas enceguecen a las personas del COMO del otro, pues quizàs tràs la supuesta ausencia, existan otras maneras de decir “te amo”.
Daremos varios ejemplos de los tantos que existen.
Juan y Nulia son dos personas diferentes. El introvertido y sumamente inexpresivo en sus emociones y ella, extrovertida y sumamente comunicativa. Nulia reclama esa falta de expresividad y su desilusión la ha llevado al rompimiento.
En terapia, Juan admite dicha inexpresividad pero señala que ayuda a Nulia con los niños, la apoya en su trabajo, le otorga libertad para sus amistades, le facilita que desarrolle actividades deportivas y que muchas veces, la acaricia en la noche antes de dormir.
Nulia no lo ha visto. Enceguecida por su necesidad de palabras y gestos ha dejado de ver el COMO de Juan.
Paty y Julio por su parte, son dos personas extrovertidas, ambos han coincidido en tener una vida social intensa. Sus fines de semana siempre han estado llenos de reuniones, salidas y amigos. Al pasar de los años, Paty ha pedido a su esposo cambiar dicho estilo de vida pues considera que sus hijos requieren de hogar. Julio siente esta exigencia como un cambio en la relación que no està dispuesto a ceder.
Julio no puede entender el cambio de Paty y con el paso del tiempo su decepción crece al ver que ella ya no disfruta de las reuniones como antes y esto lo ha llevado, entre otras cosas, a la ruptura.
El aùn no puede ver que Paty ha cambiado, que ya no es la misma persona de antes y que ahora le ofrece un amor màs sereno, menos social y de mayor intimidad. El no sabe por què cambiar un COMO por otro, pues se siente cómodo con ser compañeros en medio de amigos, pero no acepta que Paty ha entrado en otro momento de su vida y que su bajo disfrute social no significa que ha dejado de amarlo, solo ha cambiado su forma de enseñarle su amor.
Trudy y Javier en cambio están atravesando por una infidelidad. Trudy exige un COMO propio de la re conquista, desea un COMO lleno de romanticismo y detalles en donde ella sienta que es la prioridad màs alta de su marido. Javier por su parte, ha tratado por todos los medios de que Trudy sienta que la ama, acepta cierta torpeza en su capacidad romántica pero explica que no la ataca cuando ella lo hace, le ofrece imensa paciencia cuando ella se desconsuela, ha aceptado cientos de horas de conversación a pesar de su cansancio y ha tenido detalles que al parecer de Trudy no han sido suficientes.
Como se puede ver en estos tres ejemplos el COMO me amas es un tema de suma complejidad y en èl intervienen muchísimas variables a la hora de juzgarlos. La percepción del otro, las expectativas, el momento especìfico, la personalidad, el autoestima, el ciclo de vida conyugal y muchos otros hacen de este COMO un laberinto del cual muchas parejas tratan de escapar simplificándolo.
Adicionalmente, el tema se vuelve mucho màs complejo cuando el COMO amamos, està plagado de errores, de los cuales quizàs ni siquiera nos hemos percatado, haciendo natural que nuestra pareja rechace esas formas disfuncionales.
Ejemplos de èstos últimos son a modo de ejemplo, el amor egoísta, es decir un COMO en el que el centro es el yo con incapacidad de vivir el “nosotros”. Tambièn encontramos al amor inmaduro, que pretende vivir el romanticismo y la pasión o por otro lado, el amor insensible que no logra entregarse.
Otros COMO equivocados pueden ser los amores basados en la belleza, o en el chantaje emocional, la competencia desbordada o la posesión obsesiva.
Asi mismo podemos amar con un COMO insensible al otro, es decir sin la comunicaciòn al amado de cuànto nos importa su bienestar.
Sin duda, el tema tambièn involucra variables importantes a la hora de desarrollar un COMO amamos, como es la incertidumbre y la inseguridad que, en ciertos momentos de la relación, aparece en un matrimonio.
Lo que podemos afirmar en este punto, es que lo deseable es negociar un COMO entre dos. Aprender a amar escuchando al otro y siempre estar atento a sus necesidades y a sus cambios.
La comprensión realista del otro, el equilibrio entre las necesidades recìprocas, la aceptación incondicional y la generosidad, seràn sin duda, elementos importantes a la hora de negociar el COMO nos amamos.
Recordemos siempre que el COMO amamos cambiarà con el tiempo y estar atento al otro y a uno mismo nos ofrece una ventaja enorme para negociar nuestras formas de amar y expresar ese amor.
Para ello se requiere madurez, cierta dosis de humor y un optimismo constante de que el matrimonio es un desafío que vale la pena conquistar.